MADRE CORAJE
- Ves como no ha sido nada. – Mientras yo continuaba
sollozando hasta que tus palabras y tus abrazos tranquilizaban mi alma inquieta
y me escapaba a volar.
Años después, en Madrid, viene a mi memoria tu imagen
acercando a mis labios un vaso de cristal con zumo de naranja. Mi desesperación
tras la anestesia me llevo a morder el cristal y romperlo, no importaba porque tú
estabas allí. Dos años separadas y cuatro operaciones esperando cada una de
ellas como un regalo del cielo porque mientras contaba números hacia atrás, sabía
que me despertaría encontrando a mi ángel sonriente, mi madre coraje, mi
valiente, quien acurrucándome en sus brazos haría que todo fuera distinto por
instantes, cuando apareces en ese retazo de memoria desearía no crecer.
La otra imagen, me la explico hace justo dos años tu
mejor amiga de Membrilla, tú regresabas en la Sepulvedana de Madrid junto a
Cata, tu sonrisa intentando apagar mis lágrimas:
- - No llores cariño, que esto pasara…..
Tus lágrimas derramadas en el viaje de vuelta, seguro que
no fueron las únicas, ni los domingos interminables sin salir de casa porque yo
no estaba allí.
Tiempo después eras tú la que me arrastraba a salir
cuando con dieciséis años se oscureció
mi vida con aquella depresión que iba y venía.
- - No puedo creer en Dios – decías – es un Dios que se ha
ensañado contigo y que no te deja vivir.
Tantas cosas mama, tantas, con mi rebeldía que tú
acabaste aceptando y admirando, mi alejamiento que soportaste también llorando
y yo sin ver. Siempre agradeceré la oportunidad de estar cerca de ti los últimos
años de tu vida, demasiado poco tiempo para mí….
- --- Coges el cordón con la mano izquierda, coges este otro
con la derecha, le das la vuelta y ves ¡ya está!
- --- Es que no me sale, mama.
- ----No importa volvemos a probar....
· * Todas las madres de los niños que sufrimos la polio
estaban hechas de una pasta especial, nosotros las llamamos madres coraje.
Cultas o analfabetas, de pueblo o de ciudad, fueron capaces de salir de sus
casas y hasta de recorrer media España buscando un milagro para nosotras.
Escondiendo sus lágrimas tras una amplia sonrisa de amor, dotadas de una
paciencia infinita pero a la vez inflexibles y exigentes nos dieron cariños y
mimos con su dosis de mano dura porque sabían que algún día tendríamos que
sobrevivir sin ellas a nuestro lado. Y lo consiguieron! Hoy mi escrito va por
ellas, por las madres coraje de los niños afectados por la polio.